martes, 17 de mayo de 2011

"No te olvides del Señor tu Dios"

"Pero ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios. No dejes de cumplir sus mandanientos, normas y preceptos que yo te mando hoy. Y cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas edificado casas cómodas y las habites, cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumentado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas, no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tu Dios, quien te sacó de Egipto, la tierra donde viviste como esclavo. El Señor te guió a través del vasto y horrible desierto, esa tierra reseca y sedienta, llena de serpientes venenosas y escorpiones; te dio el agua que hizo brotar de la más dura roca; en el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que al fin de cuentas te fuera bien. No se te ocurra pensar: "Esta riqueza es fruto de mi poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados. Si llegas a olvidar al Señor tu Dios, y sigues a otros dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en contra tuya que ciertamente serás destruido. Si no obedeces al Señor tu Dios, te sucederá lo mismo que a las naciones que el Señor irá destruyendo a tu paso."

Deuteronomio 8:11-20


  • DIOS ES FIEL
Dios cumple lo que promete, sus promesas son SÍ en Él y en Él Amén.
Su deseo es para nuestro bien. Él desea nuestra prosperidad espiritual.
¡Podemos pervertir la bendición!
  • EL PELIGRO: OLVIDARSE DE DIOS
Atribuir nuestro éxitos a nosotros.
Tener orgullo y altivez.
¡El peligro es real! En los tiempos de prosperidad material las personas se inclinan a sentirse satisfechas con la vida en la tierra tal como es y a encontrar sus deleite en las bendiciones materiales; olvidandose de Dios y sus mandamientos, de no buscar ya las bendiciones espirituales y dejar de afligirse por el pecado y la maldad del mundo.
  • LA SOLUCIÓN: PREVENIR
Acuerdate del Señor tu Dios. Tenemos que hacer memoria de nuestra vida ante Él. Recordar lo que Dios ha hecho por nosotras, su cuidado, sus bendiciones, su perdón...
Y sobre todo seamos agradecidas a nuestro Dios.
Obedece. La obediencia nos pone en nuestro lugar. La Ley de Dios es un ley de amor. Dios siempre nos da lo mejor y encontramos su guía en su palabra, la Bíblia. Leela, meditala y practicala.
  • EL CASTIGO
Leemos en este pasaje que si nos olvidamos de Él y seguimos a otros dioses: bienes materiales, trabajo, familia, éxito.. Todo aquello que pongas en primer lugar en tu vida finalmente acabará en destrucción.

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